Abro este blog con la intención de mantener un ameno diálogo con todo aquel que se acerque a él. Creo que lo más bonito de las relaciones humanas es esa comunicación que consiste en un intercambio de emociones, conocimientos, ideas….Esa comunicación que enriquece el espíritu.

"La relevancia de la comunicación humana, pues del contacto verbal surge un intercambio que aminora el dolor, palía la soledad y estimula el contento de vivir” Carmen Martí Gaite

lunes, 12 de marzo de 2018

Noruega y los fiordos I



   
No sé por qué no tengo ordenados por fecha los relatos de viajes de mi amiga Constanza.  Digo esto porque acabo de encontrar un largo relato sobre su viaje a Noruega. Como siempre, me adjuntó bastantes fotografías, tantas que tendré que hacer una selección. ¡Qué mujer! . La verdad es que comprendo que se volviera loca, como dice ella en su relato, fotografiando todo lo que se ponía a su alcance. ¡Qué maravilla!
 
  Querida amiga: como te comenté, un día apareció mi marido diciendo que este verano vamos a Noruega.  Ya sé que te estarás preguntando si este viaje tiene como finalidad celebrar algo. Pues no. En esta familia no celebramos. Simplemente ha visto información sobre el viaje y le ha gustado. ¿A mí? Ya sabes que yo viajar, comer y leer, lo que me den.
 Pero como la felicidad no puede ser completa he empezado el verano con mal pie. Y nunca mejor dicho pues me fui de viaje con esguince de tobillo o algo así. No habrá sido cosa vuestra que envidiosas de mi nueva situación me habéis echado una maldición ¿verdad? El caso es que unos días antes del viaje, habíamos ido a pasar el fin de semana a la playa y apareció una de mis hijas a pasarlo con nosotros. Yo me asomé a la puerta de su habitación a explicarle no recuerdo qué y puse mal el pie en el escalón que le da acceso. ¡Plaf! Al suelo y con un dolor terrible. Mi hija llama a mi marido muy a su estilo: ¡papá, ven que la mamá se ha pegado una ostia (¡perdón!) y no se puede levantar. Y mi marido me mira y en lugar de ayudarme me dice ¡Coño, Constanza, que estamos a punto de salir de viaje! No te cuento más por no liar la cosa. El caso es que he hecho el viaje arrastrando el piececillo no sé si como el niño que vende aceitunas de “La Colmena” o medio patizamba como aquel mejor poeta de España que se acercaba al Parnaso con paso quedo. Total, un suplicio. Pero valió la pena. Noruega es un país de ensueño.
  De Madrid salimos con una hora de retraso sin formar grupo, aunque estaba claro que casi todos los que esperaban el vuelo lo hacían con la misma finalidad, incluso pertenecían a nuestro grupo pues vi personas de Murcia con las que luego coincidimos en el primer hotel.
  Al aterrizar (12 y 30 de la noche) recogidas las maletas nos fuimos reuniendo en un punto del aeropuerto junto o en torno a un joven que llevaba una pancarta que nos identificaba. Una vez todos juntos nos introdujeron en un autobús y nos llevaron al hotel. El guía que nos había tocado nos dijo su nombre con la explicación previa de que, por motivos razonables no cito, no lo olvidaríamos fácilmente, como así fue. A todo esto, eran las 2´30 y no parecía de noche. Nos adjudicaron habitación, y nos dijeron a qué hora nos iban a despertar.
Estábamos en Oslo. Hotel RICA Travel. Habitación 508
  Yo que me suelo dormir en el canto de un duro, mucho más si estoy cansada, caí rápidamente en un profundo sueño. De pronto me despierto sobresaltada pues o sé si el rubicundo Apolo o la Aurora de rosados dedos era quien me acariciaba dulcemente. ¿No he oído la llamada? Miro el reloj y son las cuatro de la mañana. Naturalmente me di la vuelta y seguí durmiendo. Así fue todo el tiempo, pero te aseguro que no necesité antifaz. como casi todos los del grupo.
Amanece buen día. Desayuno-buffet. Nos hacen la típica visita panorámica: Parque Frogner con las esculturas de Vigeland; el trampolín de saltos de esquí de Holmeenkollen desde donde tenemos una magnífica vista de Oslo y su fiordo;

Trampolín

 La calle Karlc Johans; el Ayuntamiento;


Fachada Ayuntaiento

 El Castillo de Akersuhus;


Detalle del Castillo 

 El Palacio Real 


Fachada del Palacio Real

  Y el Parlamento. Tarde libre.
  Como me he quedado impresionada por el Parque, después de comer, a pesar de que está lloviznando y de mi pie dolorido, nos vamos a visitarlo con detenimiento y a hacer fotos. Poco faltó para que lo fotografiara absolutamente todo. Es una maravilla.
  Es prácticamente un museo al aire libre; se encuentra en el interior del Frognerparken y fue creado por el escultor noruego Gustav Vigeland, entre 1907 y 42 por encargo del Ayuntamiento.
 Se organiza en varias áreas o secciones que se visitan de forma continuada. Te lo explico así para mayor claridad, pero no es como yo lo visité.
 Primero la cancela de la entrada. Es imponente, colosal. A este portal le confirió Vigeland una gran fantasía a través de simbólicas representaciones en formas circulares. En el canto a la vida que es todo el parque, en el portal recurre a lo animalesco como por ejemplo lagartijas que nos recuerdan nuestro más remoto origen. Posiblemente. Como todo el conjunto de su obra este portal tiene una gran carga simbólica.
 Segundo El Puente. 


  Aquí las figuras voluminosas, robustas nos hacen pensar en una fuerza vital extraordinaria. Se dice que el autor, según confesión propia, había buscado el tipo general de hombre y mujer nórdicos. En los extremos del puente destacan dos columnas coronadas con esculturas que sugieren influencia gótica. Por ejemplo, la presencia de dragones y hombres en lucha. 


 Una de las figuras más admiradas y llamativas en el puente es la del niño enrabietado o el  Sinnataggen" que  ha llegado a identificarse como símbolo de Oslo. Es encantador. 

Frognerparken enfadado

  Tercero,
La Fuente


    La constituyen seis gigantes que levantan un enorme cascarón. Uno lo hace con fuerza juvenil y por encima de su cabeza; otro, sin embargo, lleva el peso sobre unas anchas espaldas. Parece ser que todo esto simboliza el conjunto de cargas, que hemos de sobrellevar a lo largo de  nuestra vida.  
En cada esquina de la fuente hay unos grupos de cinco árboles de la vida. Cada uno de ellos habla de un momento de la nuestra : infancia, juventud, madurez y vejez. Es encantador, y me llamó sobre los otros la atención, el niño que, sentado en el árbol, dirige su carita a la vida y al porvenir, mientras se chupa el pulgar 



Cuarto, el Monolito (“Monolitten”) 


   Su principal característica consiste  en que es un único bloque de granito  de 17 metro de altura, situado sobre una plataforma octogonal y escalonada, en el que se han esculpido 121 figuras humanas desnudas y entrelazadas; parece como si treparan unas sobre otras intentando alcanzar una cima ¿Otra vez lo simbólico? Tal vez.
  En las escaleras de la plataforma, más y más figuras y grupos cada cual más hermoso o más original. 


  Quinto, La rueda de la vida (“Livshjulet”). Situada al final del parque. En ella, siete figuras, cuatro de adultos y tres de niños se entrelazan en forma de círculo.
  Al final de la visita queda claro que al autor, al artista le interesaba el ser humano y consigue con su obra que nosotros también nos interesemos por él, algo que no solemos hacer. Encontramos en sus esculturas a los hombres, mujeres y niños en todos los momentos de la vida, en todas las situaciones: amor, juegos, enfado, alegría, las relaciones familiares, las dificultades con que nos tropezamos en nuestro día a día.
  En definitiva, ante esta ingente obra nos sentimos indefectiblemente muy pequeños.
Podría continuar hablando del parque, pero no debo extenderme en exceso pues el viaje es largo y denso.
  Como había dejado de llover, seguimos paseando por la ciudad y haciendo fotografías como locos.
  Pudimos pasear por la zona del palacio real que no está aislado ni protegido. Lo rodea un magnífico jardín por donde transitan los ciudadanos como por cualquier otra parte de la ciudad. Pudimos contemplar algunas costumbres de los noruegos. Por ejemplo, si un niño se acerca a un estanque lo alejan con sumo cuidado, no le gritan ni le echan la bronca. También vimos grupos de cubanos que viven allí y celebraba el día de su patria ataviados con sus trajes típicos. Todo dentro de un orden admirable, sin escándalo y sin ser observados por el resto de seres humanos como si fueran bichos raros.
Visitamos y fotografiamos el ayuntamiento que tiene una fachada muy bonita, como ya hemos visto
Nos acercamos al fiordo.
  Continuamos correteando por la ciudad a la espera de verla iluminada. ¡Qué torpes! A las 10 nos fuimos al hotel riéndonos de nosotros mismos ¿cómo iban a iluminar una ciudad en la que no llega a hacerse de noche? Al menos en julio.
  Tercer día de viaje, segundo en Noruega. Tenemos un día muy completito, todo de viaje visitando varios pueblos y sitios curiosos. Nos han despertado muy temprano y tras el desayuno-buffet emprendemos la marcha. Aún no nos conocemos casi los compañeros de viaje. Hoy va a ser un día clave en ese sentido.
  La primera parada será en Sandefjord un antiguo pueblo ballenero. Bien claro queda con la fuente monumento a la caza de ballenas ubicado al final de la calle principal de la ciudad, Jernbaneallé, en el puerto
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  El nombre, en noruego es Sandefjordsfjorden, o sea fiordo de Sandefjord.
  El centro de la ciudad se compone de una serie de edificios antiguos y modernos y bastantes tiendas. Es decir, pensado para el turismo.
  Tras una breve parada,  continuamos camino de Kristiansand donde tuvimos tiempo libre y dos horas para comer. Su primer asentamiento data de principios del siglo V, fue fundada por el rey Cristián IV a mediados del siglo XVII. Es el sexto mayor municipio de Noruega y la quinta ciudad más grande del país. Creo que más que comer, no recuerdo qué ni dónde, nos dedicamos a recorrer todo lo que pudimos de la ciudad. Es muy bonita.

vista del puerto

   Por la tarde llegamos a Flekkerfjord donde visitamos a toda prisa el barrio o pueblo de los holandeses “Hollenderbyen” que se remonta al siglo XVIII. Contarte la historia de todas estas ciudades sería excesivo, por tanto, si te interesa te “las tendrás que apañar”. A nosotros, el guía, que es buenísimo, nos la iba contando con todo detalle durante los trayectos en autobús.
  Y, por fin llega el momento de dirigirnos al fin de nuestra ruta del día donde pernoctaremos: Stavanger, capital del Regoland. Barrios construidos en madera blanca (más de 170) y con el encanto de una ciudad marinera. (Es lo que dice en mi guía)
  Hotel Radisson. Me gusta. Buena habitación ¡Ay, mi pie!
  Te voy a contar un chiste que alguien contó en el autobús. Es el de unas hormigas que van a la carretera a ligar con el hormigón porque está caliente. ¡Qué horror!
  Ha llovido casi todo el día. El viaje ha sido bonito e instructivo y ha servido para ir conociendo a los compañeros de aventura, un momento decisivo ha sido la cena. Al entrar al comedor, mi marido como siempre busca una mesa aislada para estar solitos. Acabamos de sentarnos y dos jovencitas muy simpáticas nos preguntan si esas mesas son las destinadas a  los de este viaje y yo les digo que sí y que si quieren se pueden sentar con nosotros, invitación que aceptan felices. Supongo que entre gente mayor se sentían un poco solas. Cenamos en amena charla y ya fuimos amigos todo el viaje.
  A la noche siguiente conseguí llevarme a ellas y a mi marido a la mesa grande donde cenaba un grupo de catalanes muy majos. Fue una de las cenas más divertidas de mis viajes. Iban dos hermanas profesores de universidad que contaron como habían sobrevivido a un accidente de avión. El tópico es que los andaluces son muy graciosos; tendrías que haber oído a estas dos científicas catalanas contando su odisea. ¡Cómo nos reímos! A partir de aquí, más amigos.
  Ya había iniciado algunos contactos en Oslo a causa de mi pobre pie pues llegaba al hotel con cara de muerta y claro me preguntaron si estaba cansada y tuve que contar mi episodio. Después todos los días me preguntaban. La verdad es que resultaron ser todos encantadores. 
Continuará. Es demasiado extenso para una sola sesión.
Un consejo: Visitar EL HUMANISMO SIMBÓLICO EN LA ESCULTURA DE GUSTAV VIGELAND (página de Internet)
No obstante prometo una entrada dedicada exclusivamente a imágenes del Parque

1 comentario:

  1. Me ha encantado el relato de tu amiga Costanza, como siempre. Tiene una gracia especial para contar los viajes. Me ha hecho sentir ganas de visitar ese país. Creía que poco habría que ver salvo los fiordos, pero reconozco que estaba equivocada.

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