Abro este blog con la intención de mantener un ameno diálogo con todo aquel que se acerque a él. Creo que lo más bonito de las relaciones humanas es esa comunicación que consiste en un intercambio de emociones, conocimientos, ideas….Esa comunicación que enriquece el espíritu.

"La relevancia de la comunicación humana, pues del contacto verbal surge un intercambio que aminora el dolor, palía la soledad y estimula el contento de vivir” Carmen Martí Gaite

domingo, 15 de marzo de 2020

¡Quédate conmigo, Amanda!”


 
  Ha cumplido setenta años y ha decidido dejar los escenarios antes de que la eche el público algún día con una sonora pitada. Con ese fin ha hecho una gira dando conciertos en los mejores teatros del mundo. Hoy será el último.
  Mientras se prepara pasa revista a lo que ha sido su vida. Ya de pequeñita quería cantar y solo cantar. Tuvo grandes problemas para convencer a su familia. Quería cantar, pero a lo grande. Su sueño era ser una gran cantante de ópera. Esto supuso un problema añadido pues requería unos estudios que su familia no podía sufragar. Pero no estaba por abandonar su sueño. Luchó, trabajó para pagarse los estudios. Sin nadie que la avalara tuvo unos duros comienzos, pero nunca se vendió. Tras grandes esfuerzos llegó a lo que quería y se convirtió en una gran diva admirada, querida y buscada por todos los productores teatrales.
 Un día, un compañero, con quien había compartido escenario muchas veces, habían interpretado dúos magníficos, eran una pareja profesional que todos admiraban, la miró fijamente a los ojos y su mirada decía: ¡Quédate conmigo!
  Ella, sostuvo durante unos segundos aquella amante mirada, sonrió y apartó la suya dando así una respuesta negativa.
  Es un cielo, pensó, sería bonito, pero supondría muchas ataduras y eso era lo último que ella deseaba.
  La avisaron para salir a escena. A pesar de la experiencia estaba nerviosa, al fin y al cabo, era su último concierto. El recital fue todo un éxito. Cantó las Arias más hermosas de su repertorio. Cerró con el “va pensiero” de Nabuco, convertido en aria. Era su último grito de libertad.
 El público puesto en pie aplaudía sin descanso. Varios minutos de aplausos. Tuvo que salir a saludar varias veces. Una de ellas, sus ojos se cruzaron con los de un espectador de primera fila. Aquellos ojos, algo apagados por la edad le recordaron otros…y pudo leer en ellos: ¿Por qué no te quedaste conmigo?
FIN
2_12_2019
Nora Albátor.
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1 comentario:

  1. qué gran sensibilidad muestras en el relato ¡ En qué pocas palabras planteas el tema de la elección entre el amor y la dedicación a una profesión que llena una vida. Lo que me falta saber es si Amanda había sido feliz. Yo en su lugar hubiera elegido el amor porque eso llevaría incluida una familia y unos hijos. Reconozco que me considero una persona romántica, capaz de sacrificarlo todo por amor.

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