Abro este blog con la intención de mantener un ameno diálogo con todo aquel que se acerque a él. Creo que lo más bonito de las relaciones humanas es esa comunicación que consiste en un intercambio de emociones, conocimientos, ideas….Esa comunicación que enriquece el espíritu.

"La relevancia de la comunicación humana, pues del contacto verbal surge un intercambio que aminora el dolor, palía la soledad y estimula el contento de vivir” Carmen Martí Gaite

domingo, 1 de octubre de 2023

 

 

MIEDO

Siempre estuvo ahí. De niña, por las noches, las escaleras, los patios sin luz, las malditas costumbres de mamá…Miedo a la oscuridad, a los ruidos que pueblan los silencios nocturnos… Creció y el miedo seguía ahí. Miedo a un armario que no cierra bien, a las sombras proyectadas en la pared gracias a las luces que se colaban de la calle…

Con el tiempo el miedo cambió de matiz. Miedo a hacerlo todo mal, a no sacar buenas notas, a no responder a lo que se esperaba de ella, a no ser el número uno…

Más tarde, miedo a no ser vista, a no gustar, a no ser útil.

 Llegaron otros miedos. Miedos íntimos, del alma. Irreconciliables con la felicidad y la paz de espíritu. Eran miedos que cubrían de una forma u otra todas las horas del día.

 Finalmente comprendió que, sin saberlo, había vivido en un constante estado de miedo, de pánico incluso, y supo por qué. Había llegado a tener miedo al miedo.

¿Rectificar? Ya imposible. Pero, dejó de tener miedo a algo: a la muerte.  No la buscó, mas temió que: “su paso por el mundo nadie lo recordaría”.

Siempre el miedo estaba ahí.

1 comentario:

  1. Me ha encantado tu manera de expresar el sentimiento de miedo. Yo no lo he senido de niña, lo estoy empezando a sentir de anciana. Un acierto la repetición de la palabra miedo 15 veces, que las he contado, a modo de los golpes de tambor, durante toda la vida. Sigue.

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