Abro este blog con la intención de mantener un ameno diálogo con todo aquel que se acerque a él. Creo que lo más bonito de las relaciones humanas es esa comunicación que consiste en un intercambio de emociones, conocimientos, ideas….Esa comunicación que enriquece el espíritu.

"La relevancia de la comunicación humana, pues del contacto verbal surge un intercambio que aminora el dolor, palía la soledad y estimula el contento de vivir” Carmen Martí Gaite

sábado, 27 de octubre de 2012

Puentes de Murcia



   Abrí este blog con un texto irónico a cerca de las esculturas de mi ciudad. Ironía pero autenticidad. Hoy, sin embargo, quiero romper una lanza a favor de mi ciudad. No es la más hermosa del mundo, ni siquiera una de las más hermosas pero es cómoda, acogedora y tiene, como otras tantas, muchas cosas bonitas que ver y admirar.

   Para empezar, es una de esas ciudades con río o lo que queda de lo que fue un  hermoso río. Es el Segura, llamado por los romanos Thader. Cruza este río la capital, lo que ha dado lugar a la proliferación de puentes.

   En un tiempo no muy lejano, con las lluvias de principios de otoño, a finales de septiembre o primeros días de octubre, cuando aún no se hablaba de gota fría, ni cambio climático ni la mayoría de los mortales sabía lo que es una borrasca o un anticiclón, el río se desbordaba. Inundaba los barrios ribereños a veces con trágicas consecuencias como en la tristemente célebre riada de Santa Teresa en la madrugada del 14 al 15 de octubre de 1879. No solo la capital sufría la furia de las aguas desbordadas. Toda la huerta pasaba por el mismo trance. Recuerdo haber ido con mi padre, siendo niña, a ver como el agua había anegado los bancales de naranjos de los que solo dejaba ver las copas.
   
   Pero hoy el río no es lo que era. Ya no saltan los peces en el azud del puente de Los Peligros. El único pez que ahora vemos a esa altura del río es una enorme sardina que a modo de surtidor han colocado en el centro del cauce. 

La sardina. Foto de M.et M.

    Como decía, el hecho de que el río divida en dos la ciudad ha dado lugar a la proliferación de puentes. En un principio eran dos. El Puente Viejo o de Los Peligros y el Puente Nuevo o de Hierro. El primero, llamado así porque lo cierra, a la altura de los primeros pisos de las casas, en la parte del barrio del Carmen, una hornacina con una imagen de la virgen de esa advocación. Es de ver como los murcianos de cierta edad, al cruzar este puente se santiguan en señal de devoción y respeto a la Virgen. El puente se inicia en el llamado Plano de San Francisco que linda con la Glorieta de España en donde se halla el Ayuntamiento. Aquí, en este punto se quema la sardina al final del desfile “entierro de la sardina” con que se cierran las Fiestas de Primavera. 

Puente Viejo o de Los Peligros

    Y como los puentes son un elemento arquitectónico que me gusta mucho y siempre me invita a fotografiarlo, sigo con ellos. Siguiendo el curso del río hacia su desembocadura se halla el Puente Nuevo o de Hierro. Está claro que es posterior al otro y que está construido en hierro. Podemos comprobar que a la hora de poner nombres a los puentes nos devanamos los sesos en mi tierra. Hoy está algo reformado y convertido en peatonal porque sufrió ciertos desperfectos por la edad, a pesar de ser el  Nuevo, y por el intenso tráfico que soportaba. 




Puente Nuevo o de Hierro


   Habida cuenta que la urbe crecía a ambos lados del río las autoridades comprobaron que se necesitaban más puntos de unión, más puentes. Así surgió la Pasarela del Martillo entre los dos existentes, que arranca del llamado Martillo, un saliente del edificio del Palacio episcopal que, cosa curiosa, sugiere esa forma.

   Pero aún hay más. Conforme el río casi se va perdiendo a causa de los periodos de sequía, dicen, los puentes van aumentando. Apareció, casi por arte magia, a la altura del Malecón, en dirección a la cabecera del río, la  pasarela de Manterola. Esta, de estructura muy moderna, recuerda la vela de un barco, es semicircular y vibra cuando pasamos obre ella. Muchos la nombran como “esa cosa que dicen que es un puente” Realmente es bonito, original  y aporta a la ciudad, por fin, un toque de modernidad.

Pasarela de Manterola


   Existe otro puente, sin leyenda ni historia, llamado de la FICA porque está a la altura del recinto de la feria, uno que se diseñó para ubicar la Feria Internacional de la Conserva y Alimentación (FICA). En la actualidad en ese recinto se celebra la Feria de septiembre, que antaño se ponía en el Parque de Ruiz Hidalgo, hoy desaparecido, por obra y gracia de la mano del hombre. Lo recuerdo con nostalgia y cariño.
   Me quedan dos puentes por describir. Se encuentran entre este último  y el de Hierro. Los dos de arquitectos famosos. Uno, el del Hospital (ya no digo la razón del nombre). Es amplio, con zona central peatonal con suelo traslúcido y bancos para descansar (algo que esta ciudad y en medio de un puente no es aconsejable, pues en lugar de descansar te asas aunque sea enero), y dos zonas laterales para el tráfico rodado. Tiene una estructura metálica que siempre me ha recordado una mariposa a punto de echar a volar. 



Puente del Hospital
   Y por último la pasarela o puente de Vistabella, (también denominada Pasarela Jorge Manrique) es un puente peatonal diseñado por el arquitecto y escultor Santiago Calatrava mediante el que se comunican los barrios murcianos de Vistabella (margen izquierda del Segura) y el Polígono Infante D. Juan Manuel (margen derecha). El pavimento está realizado en cristal, algo muy decorativo pero poco práctico, siempre hay algún punto roto. Este me recuerda una mariposa  con las alas cerradas. ¡Imaginación que tiene una! No obstante con las fotografías se puede comprobar si me alejo mucho de la realidad. 


Dos aspectos de la Pasarela de Vistabella


   Ante tantos y tan bonitos puentes que cruzan tan escaso caudal no puedo menos que recordar un soneto de Góngora: “Señora doña puente segoviana´
                       Cuyos ojos están llorando arena,
                     Si es por el río, muy enhorabuena,
                   Aunque estáis para viuda muy galana….”

Por hoy lo dejo. Mis puentes me han absorbido. En otra ocasión hablaré de otros encantos de mi ciudad.
 MurciaMet: Las inundaciones en Murcia . La Riada de Santa Teresa 

 La Riada de Santa Teresa (1879) - Región de Murcia Digital
   Como siempre,espero que os interese y guste y tengais a bien agregar algún comentario con que enriquecer este blog y vivir la intercomunicación humana tan bonita y necesaria. 


1 comentario:

  1. Siempre me han gustado las ciudades que son atravesadas, cruzadas y partidas por ríos. Quizás por que mi adorable Jaén no lo tenga. Aunque al ritmo que van las extraciones de agua legales o ilegales, pozos, sondeos y demás quizás pronto en muchas ciudades los puentes sirvan para atravesar cauces imaginarios.

    ResponderEliminar