Abro este blog con la intención de mantener un ameno diálogo con todo aquel que se acerque a él. Creo que lo más bonito de las relaciones humanas es esa comunicación que consiste en un intercambio de emociones, conocimientos, ideas….Esa comunicación que enriquece el espíritu.

"La relevancia de la comunicación humana, pues del contacto verbal surge un intercambio que aminora el dolor, palía la soledad y estimula el contento de vivir” Carmen Martí Gaite

sábado, 9 de noviembre de 2013

”Las voces bajas” de Manuel Rivas


Título original "As voces baixas"

   De la contraportada recojo algunas opiniones:
   ."Las voces bajas es la novela de la vida. Son las voces de los niños, las mujeres que hablan solas, los emigrantes, los muertos, los animales…Las voces de los que no quieren dominar y se alimentan de palabras"

  “Escrita al modo de una autobiografía, todo parece verdad y todo, imaginación. Es el efecto de una novela de la memoria encendida. El libro arranca en una geografía real donde la mirada de la infancia va descubriendo, con una mezcla de miedo, estupor y maravilla, lo que de extraordinario hay en la existencia de la gente corriente”.
                                                     
   “En Las voces bajas, el amor y la ironía sostienen a pulso el retablo humano. La nueva obra íntima y fascinante del autor de El lápiz del carpintero.”

   La voz de la crítica:
   "Rivas desvela el alma de los espacios, lo que guardan o contienen en tanto que expresión de emblema del carácter de un pueblo."
Ana Rodríguez Fischer, Babelia
  
   "Manuel Rivas es un narrador importante porque es sensible y tiene un oído increíble que, en su ficción, está aliado con una gran integridad."
John Berger
  
Ahora mi comentario:
   Cada vez que leo los comentarios de la crítica  que acompañan siempre cada edición de una novela, no puedo evitar acordarme de un alumno que una vez me dijo: los críticos no son más que escritores frustrados.

   Partamos del hecho de que yo no pretendo hacer Crítica Literaria ,así con mayúsculas, no tengo categoría para ello, sino expresar de forma sencilla y lo más correcta y clara posible, la impresión que me ha causado la obra, lo que me ha sugerido a cualquiera de los niveles que una obra literaria se puede leer. Cierto es que me gustaría poder hacerlo, además, de manera bellísima y muy literaria, pero esa es gracia que no quiso darme el cielo.

   Aun a riesgo de parecer pedante, diré que de una obra literaria, de una novela, de un poema, lo que menos me importa es el contenido. No lo desprecio. Es cierto que los novelistas nos dan una visión más bella y a veces más real, verídica y creíble que la historia, de la vida y de   los acontecimientos  históricos.   Mas,  se trata, casi siempre, de fragmentos de esa historia. Por ejemplo con El lápiz del carpintero  y Los libros arden mal llegamos a tener una visión muy particular de nuestra Guerra civil. Del mismo modo que con  Suite francesa y Lo que mueve el mundo la tenemos de la segunda Guerra Mundial. Pero, como digo, se trata de fragmentos y, lo más importante, de una visión personal, subjetiva.
 
    A lo que íbamos, cuando leo una novela me interesa su forma, como está estructurada la materia narrativa, las reminiscencias de otros autores que se puedan encontrar en ella, y, sobre todo el uso del la materia prima: la lengua.

   Las voces bajas, tiene una estructura externa muy sencilla. Dividida en capítulos, veintidós,  titulados, a la antigua usanza. Los títulos hacen alusión al contenido de cada uno de ellos.
En realidad cada capítulo podría constituir un cuentecillo independiente si no fuera porque en ningún momento se pierde ese hilo conductor que son los recuerdos con los que el autor ha ido urdiendo una especie de red de la que no podremos escapar.
   Escrita en primera persona como si de una autobiografía se tratara, llegamos a la conclusión de que tiene mucho de autobiográfica esta novela. El nombre del abuelo Manuel Rivas, la existencia real de su hermana María, el hecho de ser él periodista y escritor…..Precisamente en los agradecimientos da las gracias a quienes le han proporcionado fotografías de su familia o le han ayudado a recomponer algunos recuerdos.
   
   Como en sus otras novelas, conocemos a través de esta, un poquito  más de su Galicia natal, sobre todo en los años de pre y posguerra,  de la emigración de los gallegos; de su lengua y costumbres.
Por ejemplo leemos:"La lengua gallega era de este mundo,pero había un problema con ella. Lugares,momentos y situaciones en que parecía un pecado en los labios."
"...en el tiempo que les tocó vivir ( se refiere a sus padres) ,en relación con la mujer,las leyes todavía eran más ruines que las mentalidades.Era un ser subordinado la mujer...."
"Los niños del Impero soñaban con ser emigrantes..."
"...en la cultura popular gallega, tan pantagruélica, el cerdo era considerado un sustento providencial..."

Plaza de María Pita. Coruña. Fotografía realizada en 1987

    También nos deja algunas  ideas sobre el periodismo( "Si te olvidas, inventa ¡Y acertarás! .Si inventas bien,claro."); y la literatura.: ".... todavía hay debates muy serios entre escritores muy serios que debaten si existe o no el estilo o lo que el estilo es. Eso pasa por no haber leído a tiempo novelas del Oeste...."

    Hay constantes alusiones literarias:
"...la operación de descerrajar EL POLIFEMO de Góngora"...
...Si Vladimir Nabokov hablaba de la sorpresa o novedad en la trama como equivalente a un salto de caballo ajedrecístico,pues el tío Francisco utiliza el toque de tijeras...."
"..al contrario de lo que ocurre en el cuento¡ADIÓS CORDERA! de Clarín, en el relato de mi padre quien quedaba triste era la vaca y a él se le saltaba el corazón de alegría el día en que dejó atrás la verde cárcel de los herbales...."  Qué diferencia,a pesar de la belleza de la frase,con "El triángulo de terciopelo verde" descripción del pardo en el cuento mencionado.

   Esta que he llamado red de recuerdos, me lleva a plantearme el problema del tiempo. Se me ocurre que hay varios tiempos en esta novela. Abarca varios años de la vida del autor pero reducidos a pequeños trocitos, fragmentos que se han ido uniendo conforme unos recuerdos llamaban a otros. Si lo pensamos eso nos ocurre con frecuencia. En un momento dado, algo: el ruido de una puerta al abrirse, el canto monótono de una fuente, una magdalena, una fuente de fruta, unos ojos, una música…..trae a nuestra mente un acontecimiento de nuestro pasado y, como por arte de magia, este  engancha a otro y este a otro más, como se enlazan las cerezas en su cesto que si queremos coger una esta arrastra a otras varias. "...vaya he ahí mis magdalenas"
   He sentido la impresión de que algo así le ocurrió al autor y en unos minutos, tal vez, fue urdiendo esa red que lo lleva del miedo del primer capítulo acompañado de su hermana María, al del último presenciando la muerte de esta. Por cierto, las escenas del miedo de los niños al principio de la obra, me han recordado el, también, principio de “El jinete polaco “de Muñoz Molina.
   Pienso, pues, en ese segundo tiempo, el de los minutos que pudo durar ese recuerdo.
   Hay un tercero, el que tardó en conseguir poner orden en sus ideas y trasladarlo al papel.
   A propósito de los recuerdo,precisamente, dice:" ....lo normal no es ser normal , Lo normal es se diferente.Y eso es lo que va contando la vida cuando recuerda..."
   Por último está el tiempo que el lector dedicará a leerlo, que dicho sea de paso, será breve. No por la brevedad de la obra, que también, sino porque una vez empezada la lectura, hay algo muy poderoso  que nos invita a no dejarla.
   El mayor placer en la lectura de esta novela lo proporciona la lengua. Cada frase, cada palabra es un prodigio de ingenio, metáfora, poesía,..Hay un extenso repertorio de expresiones típicas gallegas, populares, nombres de los enseres del hogar o los aperos de labranza. referencias a la manera especial de hablar los adultos,manera que nos niños no entienden y a él le hacen pensar que tendrá que leer al revés lo que dicen.
Cada palabra invita al lector a saborearla como el más exquisito de los manjares; a disfrutarla como la más bella de las melodías.
Una obra magnífica,bella,deliciosa.

"La calle tenía el horizonte abierto y desembocaba en el entorno de la torre de Hércules." Fotografía de 1987


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Manuel Rivas - Instituto Cervantes


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