Abro este blog con la intención de mantener un ameno diálogo con todo aquel que se acerque a él. Creo que lo más bonito de las relaciones humanas es esa comunicación que consiste en un intercambio de emociones, conocimientos, ideas….Esa comunicación que enriquece el espíritu.

"La relevancia de la comunicación humana, pues del contacto verbal surge un intercambio que aminora el dolor, palía la soledad y estimula el contento de vivir” Carmen Martí Gaite

miércoles, 1 de junio de 2016

Curiosos significados y valores del verbo caer.


    Texto a medio camino entre curiosidad y  osadía
     Definición y valores de la palabra caída.-
   Son innumerables las definiciones que  encontramos en cualquier diccionario debido a sus numerosos valores significativos. Es una palabra que usamos con variadas acepciones.
   Una de las primeras  que aparecen al iniciar nuestra búsqueda es:
Movimiento de un cuerpo de arriba abajo por la acción de su peso debido a la atracción que sobre él ejerce la tierra.
   También está la que se refiere a su uso más frecuente.  O sea   Pérdida  del equilibrio o de la estabilidad de una persona o cosa por la acción del propio peso: 
     En tercer lugar    tendríamos: pérdida de la fuerza o de la importancia de una cosa, decadencia, declive   .
   Otra acepción sería: Disminución del  valor o la importancia de algo.(caída de la bolsa).  Venir impensadamente a encontrarse en alguna desgracia o peligro.
   Con la preposición en puede significar llegar a comprender……………….
   Así pues podemos caer en el pecado, en errores, enfermos, caer en la cuenta de  (percatarnos de algo o llegar a comprender algo). Caer en la tentación de….
   Caer en desgracia. Más o menos lo que le pasó a Adán cuando desobedeció y mordió la fruta prohibida, que cayó en desgracia respecto a Dios; y lo peor es que según algunos indicios arrastró con él  a la humanidad recién nacida. Dio lugar a lo que el ser humanos considerara el trabajo como  el peor de los castigos. Aún me parece oír las palabras que nos repetían en la escuela, la catequesis en la Iglesia: Dios dijo “ganarás el pan con el sudor de tu frente” .O sea que nos acarreó el trabajo al que consideramos lo más denigrante a lo que el hombre, o mujer, ha de someterse. Con lo elegante y cómodo que sería vivir sin dar un palo al agua.
   Sin embargo, paradojas de la vida, hoy todos ansiamos tener trabajo aunque a nadie le guste trabajar.
    Una ciudad o un país pueden caer en poder del enemigo. O puede entrar en decadencia. Un ejemplo sería la caída del imperio romano.
    Un deportista cae frente al adversario: Nadal ha caído frente a Federer.
   Caer, o dejar caer, la pelota en el tejado de otro. Lo hacen con frecuencia los políticos, pero desgraciadamente no solo ellos.
  Uno puede caerse a un pozo, por un barranco, al río, al mar, a un pantano, desde una ventana de un octavo piso. También cae la lluvia, la nieve  y caen las hojas en  otoño.                  ¡Qué maravilla la lluvia! Sobre todo en lugares como en mi bendita tierra que cae una gota al año. Esos lugares del norte donde llueve casi constantemente son algo incómodos para la vida cotidiana pero se compensa con los magníficos paisajes, con ese verde exuberante que lo cubre todo y es una delicia para la mirada. Sin embargo, en mi tierra cuando llueve un poquito la delicia, el placer consiste en aspirar el aroma a tierra mojada y comprobar que nuestros árboles también son verdes. Una tarde de lluvia, aquí, lo cambia todo. O apetece salir sino sentarse junto a una ventana o balcón a contemplar el bello e ignoto casi espectáculo. Las gotas de lluvia resbalan por los cristales de las ventanas como lágrimas de una joven enamorada.
   También, dicen, cae la nieve. Y digo dicen porque en mi patria chica es difícil verla. Yo llevo años contemplándola en la pantalla del televisor. No obstante qué belleza la de esos campos, tejados, caminos cubiertos por un inmenso manto blanco. La caída de la nieve es beneficiosa para la tierra y para los hombres. Los que se lo pueden permitir disfrutan esquiando, los que regentan estaciones de esquí hacen su agosto entre enero (o antes) y abril. La tierra se empapa, los acuíferos de llenan y  los ríos volverán a serlo en todo su esplendor.” La nieve que borra esquinas y borra sombras, pues hasta de noche la nieve alumbra
   Hemos hablado también de la caída de las hojas en otoño. Bellísimo espectáculo del que no fueron ajenos los poetas
    Luego, hay caídas más comunes, menos poéticas o con menos épica que diría un periodista deportivo. Así caerse al subir a una acera, precisamente por uno de esos espacios preparados (sin barreras arquitectónicas,  para que las mamás pasen el carrito del bebé o el de la compra, para que pasen con facilidad las personas que van en sillas de ruedas)  perder en la caída  las gafas y el reloj y una vez recuperado todo darse cuenta de que se ha quedado con un colmillo,  incisivo o canino (como gustéis) bailando la yenca.
   O caerse en casa y torcerse un tobillo (quizá hacerse un esguince) a punto de salir de viaje y hacer el ídem desplazándose con paso tardo como llegaba el mejor poeta de España al Parnaso, según Cervantes; o arrastrando el piececillo como el niño que vende aceitunas en La Colmena de Cela.
   No olvidemos esas caídas que, a pesar de dar pena producen risa: cuando una persona rellenita se cae boca abajo y se queda como balanceándose sobre su tripita sin poder levantarse. Es cierto que cualquiera que pase cerca de ella se apresurará a ayudarla a levantarse, le sacudirá la ropa ,le preguntará si se encuentra bien, si quiere que la acompañe…pero no lo es menos que tendrá que hacer grandes esfuerzos para contener la risa ¡Así es la naturaleza humana!
   Pero a veces una caída puede tener otras consecuencias. Una tarde me caí cuan larga, o cuan corta, soy al cruzar la gran Vía en obras. Anduve varios días con síndrome agorafóbico pero se me ocurrió una osadía que ya apreció en este blog: “La caída”
   No sería justo olvidar la expresión “caída de ojos”; o sea  forma especial de bajar los ojos o los párpados y la expresión que esa caída da a la mirada. Famosa fue la de Rodolfo Valentino allá por los años 20 del siglo pasado, creo recodar. Con ella llevaba de cabeza a las mujeres pero resulta que se debía a que la miopía le obligaba a entornar los ojos. ¡Menudo chasco!
   En otro orden de cosas puede caer la bolsa, la economía, el rendimiento escolar, etc.
   A veces hay en la lengua coloquial expresiones en las que el verbo caer tiene un valor metafórico. Por ejemplo a alguien se le puede caer el pelo en sentido literal; pero cuando oímos decir “a ese se le va a caer el pelo” es que le espera una reprimenda, un castigo.
   Otro ejemplo, en este sentido: “caer o caerse del burro o la burra”. Significa, además de lo obvio, que alguien muy terco por fin cede.
    Tal vez esta expresión guarde alguna relación (o tal vez no) con la caída de Pablo de Tarso, más tarde San Pablo. El buen señor había recibido el mandato  de perseguir a los cristianos de Damasco. Mientras cabalgaba a su destino un fuerte resplandor en el cielo lo hizo caer del caballo dejándolo momentáneamente ciego, en tanto que él y los suyos oían una voz que decía:” Saulo, Saulo, por qué me persigues (Saulo era su nombre hebreo y Pablo su nombre romano).
Pablo se encuentra en Damasco con Ananías, que le impone las manos en nombre de Jesús, lo que le devuelve la vista. Inmediatamente, Pablo es bautizado.
Tradicionalmente se ha considerado este episodio como el que mejor representa el tema espiritual de la conversión, de modo que la expresión camino de Damasco ha pasado a ser sinónimo de conversión.
    Hay, por otro lado, caídas con glamour. Así  la noche del 25 de febrero pasado, Madonna era la encargada de cerrar la gala de los Brits Awards. La cantante entonaba las primeras estrofas de Living for Love y recorría una pasarela cubierta con una capa que sujetaban dos bailarines, ella subía tres escalones hasta el escenario. Una vez allí, se intentaba desatar la capa del cuello mientras los miembros de su cuerpo de baile tiraban de ella hacia atrás. El fallo al intentarle quitar la capa hizo que Madonna cayera de espaldas. Tras cinco segundos de visible tensión, en los que se pudo ver la cara descompuesta de los bailarines, la cantante se incorporaba para retomar su interpretación.
    En el periódico EL PAÍS ,  el  19 de marzo de 1981 pudimos leer que la primera dama norteamericana, Nancy Reegan   se había arrodillado para abrazar a un pequeño mientras visitaba el Hogar Infantil de Hyattesville (Maryland), pero el entusiasmo del niño le hizo perder el equilibrio y acabó en el suelo. Eso sí, sin perder la sonrisa.
   De muchas más caídas célebres y no tanto podríamos hablar pero aquí lo dejaremos pues no es cosa de “hacer leña del árbol caído
Espero,al menos ,haberos distraído. ¿Algún comentario?


1 comentario:

  1. Otro término es el de ocurrencia más o menos divertida que el que alguien comenta algún asunto.

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