Abro este blog con la intención de mantener un ameno diálogo con todo aquel que se acerque a él. Creo que lo más bonito de las relaciones humanas es esa comunicación que consiste en un intercambio de emociones, conocimientos, ideas….Esa comunicación que enriquece el espíritu.

"La relevancia de la comunicación humana, pues del contacto verbal surge un intercambio que aminora el dolor, palía la soledad y estimula el contento de vivir” Carmen Martí Gaite

domingo, 20 de noviembre de 2016

Brillantes, no,gracias.


La siguiente curiosidad viene presentada a manera de diálogo
                                                                                                           De los brillantes,
Porque brillan pero no alumbran,
Libéranos Dómine
 -Prefiero las circonitas
− ¿A qué vendrá esto ahora? Sigámosla.
Tengo la impresión de que los seres humanos nos dividimos en dos grupos, tal vez uno    mayor que otro: los brillantes y los que no lo son o somos. Y ¿qué es ser brillante? Esta es la cuestión.
-                  -  Mucho me temo que la vas a analizar detallada y ampliamente
-                 -  Y ¿qué esperabas?
-                - Ya, ya. Cuando tú te pones a reflexionar no hay quien te pare. Y también es difícil seguirte   pero lo intentaré.
-                    -Eso. Tú a lo tuyo. Yo pienso. Tú escribes.
-                   -¡Cómo si fuera tan fácil! Veamos.
-                   -Para algunos ser brillante es casi sinónimo de empollón, un alumno que es capaz de repetir al dedillo las páginas del libro de texto o de los apuntes. También puede ser el que tiene facilidad para las matemáticas o para hacer las traducciones del idioma de turno, ya sea lengua viva o muerta. Son alumnos a los que se califica automáticamente con el 10, el sobresaliente. Sin embargo no suele darse ese calificativo al alumno que piensa, razona, intenta comprender lo que estudia y en lugar de repetir como un loro, cinta magnetofónica o disco de ordenado, expone las respuestas según sus deducciones.
   Otrosí se suele considerar brillante a la persona de respuesta rápida como si la inteligencia y la rapidez fueran sinónimos o anduvieran por el mundo cogiditas de la mano.
     Hoy, no se habla tanto de brillantes como de  excelencia y  excelentes. A los alumnos diagnosticados como excelentes se les matricula en los cursos bilingües que luego se disputarán algunos profesores porque serán más fáciles de llevar, podrán insuflarles más sabiduría y quedarán muy satisfechos al terminar el curso y haber podido conceder un sinfín de sobresalientes. Esto no deja de ser una marginación de cierto número de alumnos, una discriminación.
   Y lo que es peor. A esas criaturas diagnosticadas como excelentes se les comunica su excepcionalidad, lo saben los profesores, se cacarea por todas partes, lo que lleva a que los compañeros “normales” les den de lado. No por desprecio sino porque creen que no van a  saber jugar, que solo les interesa estudiar etc. En una palabra .porque los consideran raros.
  Muchos de ellos, además, inevitablemente  caen en manos de psicólogos.
  Pasan así parte de su adolescencia y juventud entre libros y halagos. Hacen las carreras más difíciles y complicadas. Hacen tesis doctorales calificadas cum laude. Con suerte consiguen trabajos excelentes, pero….
  -Ya sabía yo que en algún momento aparecería el “pero”. Se le veía venir. A ver. Pero ¿qué?
 - Muy sencillo. Generalmente fracasan en su vida afectiva, emocional, cotidiana. No están preparados para la vida diaria, para compartir y formar una familia; se suelen equivocar al tomar ciertas decisiones. En una palabra: no son felices.
  Pasarán por la vida como brillantes, brillando pero sin alumbrar.
 Alguien dijo que los brillantes brillan pero no alumbran. Además son muy caros ,pienso yo.. Por eso  prefiero las circonitas que también brillan pero son más accesibles. Al igual que los brillantes, que son carísimos, deslumbran pero ¡qué pocos se los pueden permitir! y hay que llevarlos con guardaespaldas. Sin embargo las zirconitas (o circonitas, que tanto monta) están al alcance de todos. Como esas personas que no brillan, no destacan en nada pero son capaces de autosuficiencia total, no se apoyan en nadie, entre otras cosas porque los brillantes se apoyan en ellas, y si se las observa o escucha se puede ver que también tienen su brillito o mejor diríamos son las que alumbran.
  A esto de ser brillante o no  se le podría aplicar el dicho “Cobra fama y échate a dormir”
-¿Seguro?
-Sí, sí. Cuando una persona es considerada brillante no tiene que preocuparse ya de demostrar su valía. Todo lo que haga recibirá ipso facto el beneplácito de cuantos le rodean y toda suerte de elogios.
 Mira. Supongamos un grupo de personas que deciden realizar una actividad, digamos intelectual. Se comprometen a aportar ideas y, si es posible, alguna cosita ya preparada que pueda servir para iniciar el trabajo.  En esto de los trabajos en equipo siempre hay quien se retrasa pero puede ocurrir que algún miembro se interese seriamente por el proyecto, dedique días, incluso unas vacaciones, a preparar actividades, a reunir ideas. Llegan a la reunión de trabajo. Esta hormiguita presenta su proyecto, en cierto modo orgullosa de haber dedicado su tiempo a planificarlo y considerando honradamente que es bueno lo que ha hecho... Pero llega la o el brillante y dice que no ha tenido tiempo porque, claro, tiene infinidad de actividades, pero en unos minutos antes de acudir a la reunión ha hecho un esbozo, un bosquejo de lo que puede ser el definitivo proyecto. Pues esto es lo que se valorará. La rapidez, la improvisación. En realidad estaba previsto. Es brillante y lo que haga o diga “irá a misa”.
  Del mismo modo, si no eres considerado/a brillante, o aunque solo sea algo inteligente, ya puedes despedirte de que cualquier cosa que hagas sea valorada; en realidad ni se molestarán en comprobar su valor. Lo mejor que puedes esperar es el silencio. ¡Y qué elocuentes son algunos silencios!
  -¿No andas un poco pesimista?
  - ¡Qué va! Soy realista. Mira, algunas personas consideradas brillantes o al menos bastante inteligentes en algunas facetas de la vida, en lo cotidiano, son bastante   cerraditas, pedrusquitas, dependientes, etc.
  − ¡Qué inspirada estás! ¿Te has dopado?
        − ¿Tú también? ¡Vete a freír espárragos! Estas ideas y otras igual de estupendas, como lo de la historia de Simplicia, se me ocurren mientras nado o anadeo (nadar como un pato o ánade) porque ¡llamar nadar a lo que yo hago!.....
−Tú te lo dices todo.
      −Pues sí. Y también digo que me cuesta entender muchas cosas por más que ocurren a mi alrededor cada dos por tres. Por ejemplo, cómo se complican cosas que son sencillísimas solo por no querer verlas, por vagancia o yo no sé por qué. Por lo visto es más cómodo que los demás, los que carecen de brillo, piensen, hagan cálculos, reflexionen y cuando plantean el tema, por principio, poner pegas y luego ya se verá. Ese luego puede ir de unas horas a unos años.
−Tienes razón. Es agotador encontrarse siempre con el mismo panorama. Pero, chica, tendremos que seguir luchando pacíficamente.
-       Hoy, Simplicia ha leído una frase en uno de esos pasatiempos que tiene en......
− ¿Qué vas a decir?
−Nada, lo de la frase.
− ¡Ah!
    -Dice: “Para ser grande hace falta mucho talento, mucha disciplina y mucho trabajo". Rápidamente ha empezado a reflexionar. Un poco más y se monta un ensayo sobre el tema. ¡Allá va!
- Está claro; sin talento no hay nada que hacer. Pero también es cierto que por más talento que haya si no se trabaja y si no se tiene un mínimo de disciplina, el talento se desperdicia. El talento, aunque no sea extraordinario, si se cultiva puede dar para mucho. Hay quien piensa que ser muy inteligente es hacerlo todo a salto de mata y en un  pispás. Pues las personas que son así, creo que más de una vez se equivocan. Creo recordar que  los libros de Filosofía dicen que inteligencia es la capacidad para resolver problemas. Pero en ninguna parte dice que se trate de resolverlos a la velocidad de la luz. Más vale reflexionar, aunque parezca que se ha perdido un tiempo hermosísimo en hacerlo, que correr el riesgo de cometer errores, a veces graves, o de tener que desdecirse.
Cuántas veces, alguien a quien no se le supone demasiado talento, después de mucho reflexionar ha expuesto una idea que ,naturalmente , ha sido rebatida al instante, y tiempo después otro alguien  ha dicho exactamente lo mismo con aires de hablar ex cátedra. Tengo  infinidad de ejemplos. Y me planteo ¿Será posible que alguna vez el ser humano cambie un poquito? Bien es cierto que por suerte no todos son así pero los que hay van por el mundo chafando a los demás que a veces necesitan hacer acopio de todas sus energías mentales para no hundirse en la miseria.
-¿Soy de verdad una Quijote? O ¿debería decir un Quijote? ¡Da igual!
−No creo. Lo que ocurre es que observas y piensas. Piensas por tu cuenta y sacas conclusiones. Y eres realista porque también sabes ver dónde hay una persona con otras características y apreciar su valor o sus valores.
−Tienes razón. Y qué gusto da cuando puedes decir "hoy creo en el ser humano".
−Ya nos hemos salido del tema
−No. Volvemos con otro ejemplo, éste reciente.  Bla,bla,bla…….
-¡Oh, no! Ya se enzarza en otro tema... ¡Uffff! No, no la sigo. Cuándo entra en esa dinámica es mejor esperar. Seguimos con el tema de los brillantes; esto ya es fijación. Ahora recuerda un asunto personal que me prohíbe escribir. Pues es una pena porque tiene su gracia. Pero hay que respetar la intimidad de los demás.
-Lo dicho, de los brillantes líbrenos Dios porque brillan pero no alumbran. Fíjate, por ejemplo en un espejo. Brilla y hasta te deslumbra si lo colocas en determinada posición respecto a una luz. Pero ¿para qué sirven?
−Mujer, sí son útiles. Los retrovisores sin ir más lejos.
−Claro, siempre hay honrosas excepciones. Pero en realidad sólo sirven para devolverte, siempre que haya una luz en su entorno, la imagen y recordarte cada mañana que tienes una cana más, que las patitas de gallo se están convirtiendo en un gallinero, en una palabra que cada día eres más vieja o viejo. “Los espejos, esas cosas terribles “( que como dice Aurora)  “no deberían estar tan a mano”…..
Sin embargo la llamita de una simple vela nos alumbra, nos ayuda a encontrar las cosas o el camino cuando una tormenta nos ha dejado a oscuras.
Las estrellas, brillan en la noche, son una maravilla, adornan el cielo pero las luces de la ciudad las hacen invisibles; y no nos sirven para mucho más. Además no sabemos nada de grandes obras literarias escritas a la luz de las estrellas, que brillan mucho pero no alumbran, y sí a la tenue luz de una vela o de una humilde bombilla colgada del techo.
No todo en esta vida es brillo, relumbrón o adorno, incluso belleza. Hacen falta personas y cosas útiles, capaces de resolver problemas incluso los más sencillos, los más tontos si quieres como darse cuenta de que para que una puerta del tren al que quieres subir se abra hay que pulsar un botón que hay justo a la altura de tus ojos y no que tenga que decirlo quien apenas si llega a la manivela y menos a la altura del botón.
Lo dicho: ¡De los brillantes, libéranos dómine!

(23-6-2016. Sobre un texto anterior más extenso y complejo)

¿Algún comentario aunque sea jocoso?

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