Abro este blog con la intención de mantener un ameno diálogo con todo aquel que se acerque a él. Creo que lo más bonito de las relaciones humanas es esa comunicación que consiste en un intercambio de emociones, conocimientos, ideas….Esa comunicación que enriquece el espíritu.

"La relevancia de la comunicación humana, pues del contacto verbal surge un intercambio que aminora el dolor, palía la soledad y estimula el contento de vivir” Carmen Martí Gaite

martes, 17 de enero de 2017

PARA LISTO, YO (el pecado de la soberbia)

 En casi todas las listas de pecados, la soberbia (del latín superbia) es considerado el original y más serio de los pecados capitales. Se suele definir como un deseo de ser más importante o atractivo que los demás. Ser el más listo. Al que nadie se la pega.
      Desde su nacimiento en una sencilla familia cristiana,
  había sido  educado en la humildad.
-Sé humilde- le decía su madre- no eres mejor que los demás
-No peques de soberbia como hizo Luzbel- le decía el cura en la catequesis
-No seas orgulloso pues nadie te respetará- repetía una y otra vez el padre.
-No seas vanidoso que te perderás como el cuervo de la fábula repetía la abuela
   Fue creciendo y empezaron los estudios.
   El profesor de literatura: Dante coloca en la primera terraza del purgatorio a los soberbios.
   El Arcipreste de Hita censura el pecado de la soberbia en su fábula del “caballo y el asno”
   El profesor de griego empezaba su clase con la frase del Eclesiastés: “MATAIOTES MATAIOTETON KAI PANTA MATAIOTES” escrita con mayúsculas en el encerado.
    Con estas enseñanzas el pobrete cada día era más apocado. No quería pecar de soberbio pero empezó a pecar de pacato.
   Así sus buenos amigos le decían constantemente
-    -Tienes que creer un poco más en ti mismo.
-No debes asustarte tanto ante el profesor, no es el coco,
-No les des a todos la razón, creen que eres tonto
   El tiempo pasaba y tras mucho sufrir consiguió  acabar la carrera. Ahora tenía dos problemas añadidos. El más importante, quizá, las chicas.
-No eres peor que los otros-le decía su mejor amigo
-Hazte de valer
-Pero  es que me educaron en la modestia y la humildad. Me lo grabaron a cincel
-Ya lo veo. Eso está bien pero hasta las  virtudes hay que saberlas administrar. Como lo harías con tu sueldo para llegar a fin de mes. Decídete.  Demuestra a todos  que eres inteligente, gracioso. Si eres fantástico ¿por qué andas siempre como asustado ante todos? Eres mejor que muchos
   Por fin llegó el momento de las oposiciones y otra vez el mismo problema. Siendo, como era inteligentísimo tuvo grandes problemas para aprobar.
   Un día su mejor amigo, harto de darle consejos sin conseguir borrar aquella “buena educación” le soltó
-Di alguna vez ¡¿quién como yo?! ¡Coooño!
   Y él intentó empezar a ponerlo en práctica, con poco éxito de momento, pero progresando adecuadamente. Hasta aquel día.
   Había quedado con los amigos para toma unas cañas. Llegó al lugar de la cita y empezó a dar vueltas en busca de un aparcamiento. Por fin, ya cansado, vio un hueco pero ¡mal asunto! junto a la acera una señal de tráfico indicaba Prohibido aparcar. Precisamente en ese momento decidió poner en práctica lo de ¿quién como yo?: Pues aparco aquí porque quiero. ¡A mí me vas a decir tú dónde tengo que aparcar! Y aparcó, cerró el coche. se ,fue a tomar las cervezas. Cuando volvió a recogerlo, el vehículo había desparecido. ¡Oh consternacione! Se lo había llevado la grúa.
Investiga dónde está, llega como Dios te da a entender, demuestra que eres el dueño, paga una multa y te lo puedes llevar.
¡Para una vez que pecó de soberbio…!

 (Julio 2016)

No hay comentarios:

Publicar un comentario