Abro este blog con la intención de mantener un ameno diálogo con todo aquel que se acerque a él. Creo que lo más bonito de las relaciones humanas es esa comunicación que consiste en un intercambio de emociones, conocimientos, ideas….Esa comunicación que enriquece el espíritu.

"La relevancia de la comunicación humana, pues del contacto verbal surge un intercambio que aminora el dolor, palía la soledad y estimula el contento de vivir” Carmen Martí Gaite

viernes, 1 de diciembre de 2017

Salvados por la campana

       
     Vas en un tren. ¿Un TALGO?  Sabes que es TALGO porque lo sabes no porque lo parezca puesto que cuanto te rodea es oscuridad y noche. Todo en torno es oscuro, casi negro. Parece que el viaje se está desarrollando durante la noche o que esta se ha anticipado a la llegada al destino.
  Curiosamente deberías apearte en ¿¡Calasparra.!? El tren se detiene.  No se ve letrero alguno que anuncie la estación ni nadie avisa de nada. Preguntas y no hay una respuesta lógica.
  Ya es noche cerrada. Piensas que no llegas a tiempo de ver a nadie (no queda claro con quien tenías que verte). Habrá que buscar dónde dormir. La estación ¿estará en el mismo pueblo o se necesitará transporte? ¿Habrá algún taxi?A todo esto, el tren se detiene otra vez y un interventor (debía serlo) se asoma por las ventanillas:” bajo la responsabilidad de todos (¿quién es todos? ¿Nadie se responsabiliza de las posibles consecuencias de no se sabe qué?) vamos a afrontar el tramo peligroso”. Desde tu ventanilla ves que el tren ha de subir una empinadisima pendiente con curvas. Precipicio a la derecha y al fondo una cima altísima toda blanca. Supera la ascensión.  Todos felices. 
  Ahora el tren circula ¡por el agua! La orilla del ¿mar, un lago?  Prácticamente por dentro y tan despacio que un señor mayor se baja y se detiene de espaldas al tren adoptando esa postura normal en  los hombres cuando van a realizar al aire libre una necesidad fisiológica. Se oye el pitido del tren. En ese momento sientes frío y saltas de la cama. Aquí vendría bien aquello de “¡Salvados por la campana”!  
FIN


1 comentario:

  1. Como has viajado mucho últimamente pareces algo estresada y tu obsesión parece el tren hasta en sueños. Ya sé que es el medio de transporte que te permite tu salud. La nota de humor es la del hombre que baja a orinar. Me recuerda mucho este relato a Kafka, ese no saber donde estás y con quien hablas. Muy bien por el yo poético. Fantasía y realidad.

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